> Arquitecturas Sensibles II


Este domingo 30 de Marzo, tuvimos el placer de colaborar, un año más, con el proyecto bebé de Teatro Paraíso. Siempre es un placer reencontrarnos en la casa de KunArte con los amigos, para poder colaborar en una nueva experiencia teatral, de arquitectura a través de los sentidos. En esta ocasión el argumento central de la experiencia con la arquitectura de los sentidos, se basaba situarnos en el tiempo remoto de la mitología y percibir desde esa situación desconocida, la necesidad de la arquitectura, y saciar después la gana de explorar y de construir.


Presentamos a Mari y a Maju, como una pareja antigua, como dos viejos pastores de nubes, que habitan las montañas, y cuyos rebaños pueblan los cielos en forma de viento, de nubes, de lluvia o granizo, incluso de rayos y truenos. Como buenos dioses presentamos a nuestros amigos y, entregamos a los hombres dos presentes, que aspiraban a hacer de sus noches, un lugar tranquilo en el que resguardarse y serenar sus almas. De un lado, el eguzkilore, la flor del sol que luce en las noches y que interpretamos con nuestros cuerpos, tomando contacto corporal y visual, poniéndonos así a todos en situación. El otro regalo fue la estructura de la casa. Ambos elementos de connotación solar y ligados a la tierra firme en contraste con la luna, a la que los hombres antiguos apodaron con la idea de la luz muerta, ILargi.


La casa con su puerta esperando al sol de la mañana y sus cuatro esquinas, encierra a la idea del círculo. Se construyó en familia, de manera textil, con la ayuda de los padres. El mundo de las estaciones se redujo a sólo dos, el verano (Uda) y el invierno (Negua), como era en un principio y la casa de los hombres se terminó de levantar en poco tiempo para cobijo y disfrute de mayores y pequeños.


Pequeñas acciones como mirar al cielo y buscar formas en las nubes, lanzar rayos con las manos, ver caer la lluvia, crean emociones en los niñ@s y activan su imaginación; construir una casa, compartir un espacio y disfrutar de el, tienen que ver con el mundo que habrán de vivir y les prepara el espíritu, para el hoy mismo!


También tratamos de explorar en la intimidad de la casa pastoril de Mari, en nuestro pequeño viaje; dejamos por un momento la casa y nos lanzamos a las cuevas laberínticas donde moran Mari y Mayu. Buscando emociones fuertes, l@s niñ@s recorrieron los lugares con el suficiente espíritu, como para avanzar en la penumbra y no asustarse.


Instrumentos musicales, piedras, frutas y demás sorpresas, poblaron la casa en laberinto, por encima de las nubes. Al agotar la sorpresa y la curiosidad, volvimos a la casa de todos en busca de reunión, comida y baile, en una acción reflexiva y divertida que terminó con nuestras fuerzas y cargó de ilusión nuestras mochilas. Gracias Paraísos!!

Ver video arquitecturas sensibles en las escuelas aquí!!

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